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4.4 Indicios Biológicos



Podemos encontrarnos con muchos indicios biológicos, sin embargo nos vamos a centrar en los más importantes que suelen aparecer en el lugar de los hechos.




SANGRE: Puede presentarse en estado líquido, seco o absorbida por el soporte, también puede estar oculta debido a su limpieza o lavado, o incluso que el soporte contenedor mimetice su color con el de la propia sangre, posee un gran interés criminalístico por su carácter individualizador.


A nuestra vista puede presentarse con diversos aspectos: goteo, salpicadura, resbalamiento, reguero, arrastre, charco.. analizando estas formas podemos determinar la distancia desde la que ha caído, la dirección, si hubo forcejeo, si se manipuló el cuerpo, si falleció en el lugar..


El procedimiento de recogida depende de su estado, pero siempre hay que ponerse guantes para no contaminar la prueba, acotar, numerar, fotografiar y embalar en sobres de papel o cajas de cartón (jamás en plástico) y siempre por separado con el número o testigo.


Cuando está en estado líquido debe recogerse con hisopo 4 y cuando se encuentre seca, hay que humedecer este hisopo con agua estéril o suero fisiológico.

Si se encuentra sobre algún objeto debe recogerse el objeto entero.

Cuando se encuentra sobre una pared o lugar no transportable, debemos raspar con cuidado y meter las raspaduras en sobres de papel.


Para mostrar la sangre oculta hay que usar medios químicos como ADLER o LUMINOL.


En casos de la propia víctima, debemos evitar moverla (si es un cadáver) o que se lave o cambie de ropa si está viva, las manos del cadáver deben protegerse con sobres de papel.


SEMEN: Está presente en casi todos los delitos de índole sexual y homicidios.


El aspecto es el de un líquido cremoso opalino cuando está líquido, o el de una costra blanquecina apergaminada cuando está seco.


De éste puede extraerse el ADN igual que de la sangre, por lo que también es totalmente individualizador, la búsqueda en la persona debe realizarla el médico forense, tanto en vivos como en cadáveres, preservándolos hasta su llegada, evitando que se laven (tendencia lógica en las víctimas) que se desprendan de ropas interiores, etc, además, hay que buscar en los alrededores del lugar del delito, como parques, descampados, vehículos, papeleras.. ya que pueden aparecer manchas (tapicerías, sábanas, preservativos, pañuelos de papel..).


La recogida es igual que con la sangre, para un mejor visionado pueden usarse medios técnicos como la luz ultravioleta o la luz blanca rasante.


PELO: Tiene una gran incidencia en la escena del crimen, ya que es fácil de dejar sin darse cuenta y su valor como prueba depende de la clase de pelo y lugar de ubicación.

Para la extracción de ADN sólo es efectivo si tiene raíz, que es donde se aloja el folículo piloso.


En primer lugar debe buscarse sobre la víctima, sobre todo en las manos, así como en los objetos utilizados para golpear, en gorros o pasamontañas, sábanas, asientos, ropas.. en los bajos del vehículo y lugar del impacto en caso de atropellos.


SALIVA: Deberíamos de decir células epiteliales del interior de la boca, ya que son las que contienen el ADN, éstas dan gran resultado en el análisis de laboratorio, sobre todo para cotejos ya que la cavidad bucal las protege de factores externos, especialmente en las víctimas carbonizadas.


Las células también pueden buscarse en colillas de cigarrillos, chicles, cáscaras de pipas, palillos de dientes, cepillos de dientes, vasos, latas, botellas, sobres, servilletas, sellos...


Tampoco podemos olvidarnos de otro tipo de manchas o indicios como pueden ser la orina, el sudor, el líquido amniotico, el vómito, las manchas fecales, la dermis y epidermis, la caspa, la sangre menstrual, la leche materna, el pus o la mucosa, la lágrima, el cerumen, el cebo, las uñas o el tejido muscular entre otros.

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